TÉRMINO LISTA DE ESPERA AUGE
Discurso de S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, al anunciar el término de las listas de espera AUGE
Santiago, 23 de noviembre de 2011
Veo aquí a mucha gente que se la jugó por lograr lo que hoy día con mucha razón y con mucha justificación estamos celebrando. Quiero saludar al diputado Nicolás Monckeberg; a la intendenta subrogante; al senador Uriarte; al diputado Letelier; al senador García-Huidobro; al doctor Castillo, que sé que hizo un trabajo formidable; al director de Fonasa, don Mikel Uriarte, que también hizo un trabajo formidable; al ministro de salud, que puso en esto todo el empeño, la fuerza y el compromiso del mundo; a mi amigo el pastor Eduardo Durán; y, muy especialmente, a todas y todos ustedes y a esos 380 mil chilenos y chilenas, a los que todos juntos -porque este es un esfuerzo de muchos y de muchas- pudimos cambiarles la vida.
En la mañana temprano, cuando conversé con mi mujer sobre el día que teníamos por delante, yo le conté que iba a compartir con ustedes este momento de sana alegría. Y ella, que va partiendo a Arica en este instante, porque va a iniciar las celebraciones de las navidades en prácticamente todas las ciudades y todos los pueblos de nuestro país, me pidió dos cosas. En primer lugar, que les dijera que compartía con todos y todas ustedes la alegría de lo que hoy día estamos celebrando, y en segundo lugar que enviara una vez más un mensaje respecto de la campaña Elige vivir sano, porque tanto o más importante que curar, es prevenir. La campaña Elige vivir sano, que ella encabeza, está orientada a mejorar la salud y la calidad de vida de los chilenos haciendo más deporte, alimentándonos mejor, compartiendo más en familia, aprovechando más la naturaleza. Y si vivimos mejor, si elegimos vivir sano, probablemente vamos a tener una ciudadanía más feliz.
El Plan Auge y sus promesas incumplidas
Yo quiero compartir con ustedes lo que significa esto que estamos celebrando hoy.
En primer lugar, Auge quiere decir Atención Universal con Garantías Explícitas.
¿Por qué existe el Auge? Porque hace algunos años, en los tiempos del Presidente Lagos, se decidió que había enfermedades más importantes, más urgentes que las demás, que necesitaban un trato especial. Y por eso se optó por dar cuatro garantías a todos quienes las padecieran.
La primera era que iba a ser atendido. La segunda es que la atención iba a ser oportuna, es decir, que lo iban a atender cuando realmente lo necesitaba. La tercera es que la atención iba a ser de calidad. Y la cuarta es que lo íbamos a ayudar económicamente para que esa atención fuera gratuita, o si había un copago, éste fuera consistente con la capacidad económica de los enfermos.
Todos nos alegramos mucho cuando se lanzó el Plan Auge. Pero ustedes saben que las buenas intenciones no son suficientes. Cuando nosotros llegamos al Gobierno, una de las primeras cosas que hicimos con el ministro Mañalich, después de asumir y enfrentar el desafío del terremoto, fue preguntar cuántas persona s estaban en lista de espera para recibir una atención garantizada por el Auge. Teóricamente no debería haber ninguna. Pero muchas veces las garantías se ponen en el papel, pero no operan en la realidad. Y las garantías que valen son las que llegan a la gente. Descubrimos que había 380 mil chilenas y chilenos en listas de espera Auge, es decir, que no se estaban cumpliendo las garantías como lo establece la ley.
380 mil personas es mucha, mucha gente. Es como ocho veces el Estadio Nacional repleto. Y detrás de cada una de esas 380 mil personas había una vida, una historia, como las que hemos conocido y nos han contado las personas que hoy día nos acompañan. Había gente que no podía ver, que había quedado ciega, por cataratas o por otras razones, pero que podía recuperar su vista, como lo hizo nuestra amiga, que pudo finalmente ver a su nieto. Había gente que se estaba quedando inválida, porque tenía artrosis de cadera y que iba a terminar en una silla de ruedas, como le ocurrió a usted, y hoy día la vemos caminando. O personas que tenían cáncer y no estaban recibiendo el tratamiento que se requería. Detrás de cada uno de esos 380 mil casos había mucho dolor y mucho sufrimiento.
Metas ambiciosas y factibles
Fue entonces cuando dijimos: ¿qué tenemos que hacer para terminar con esta tragedia?
En la vida hay que ponerse metas ambiciosas, porque de lo contrario nos quedamos dormidos en los laureles. Pero no basta con ser voluntarista. Por eso tienen que ser al mismo tiempo metas factibles. Y trabajamos mucho con el equipo de salud encabezado por el ministro Mañalich. No les voy a contar todo lo que se hizo, pero hicimos muchas cosas y colaboró mucha gente.
Nos preguntamos cómo sacarle mejor provecho al sistema de salud pública; cómo crear mejores incentivos; cómo comprometer más a los médicos, a las enfermeras, a los paramédicos, a los auxiliares, a todas esas personas que trabajan en la salud pública; cómo pedir, si fuera necesario, la colaboración del sector privado; cuántos recursos íbamos a tener que aportar.
Hicimos un plan, y en nuestra primera cuenta a la Nación, el 21 de mayo del año 2010, en el Congreso Nacional, asumimos un compromiso. Dijimos: “vamos a terminar con las listas de espera por enfermedades Auge en un plazo de dos años”.
Mucha gente pensó que era puro sueño, que no era posible. Siempre están los pesimistas que creen que nada es posible y piensan que los problemas hay que acumularlos. Pero yo sé que la inmensa mayoría de los chilenos quiere enfrentar los problemas, resolverlos, ponerse metas ambiciosas pero factibles. Y por eso fijamos dos años.
Pero no nos quedamos simplemente en un discurso de un 21 de mayo. Nos hemos reunido decenas de veces a monitorear cómo avanzaba el programa para terminar con las listas de espera Auge.
Recuerdo que las cosas al comienzo fueron muy difíciles. Pero poco a poco empezamos a avanzar. Y cuando nos dimos cuenta que íbamos avanzando a buen ritmo, le dije al ministro de salud, el doctor Mañalich: “¿qué pasa si, dado que vamos bien, anticipamos la meta, y nos comprometemos a cumplirla en un año y medio?”. Fue así como nos fijamos una meta aún más exigente, porque las metas son como la fe: mueven montañas. Y nos propusimos terminar con las listas de espera Auge en el mes de noviembre de este año.
Y hoy día, que estamos a 23 de noviembre, tenemos la inmensa alegría, la inmensa satisfacción de poder decir no solamente a los 380 mil chilenos y chilenas que recibieron por fin la atención de salud Auge que esperaban, sino a los 17 millones de chilenos, que estamos cumpliendo con un compromiso y que van a poder vivir más tranquilos, con menos temores, y probablemente más felices al saber que, si les toca enfrentar una enfermedad Auge, ésta va a ser atendida dentro de los plazos y con la calidad y financiamiento que se requiera.
Cuando uno es Presidente y tiene que tomar decisiones, muchas veces se pregunta qué haría un buen padre de familia, si se tratara de su propia familia. Esa es una muy buena forma de tomar decisiones. Yo sé que todos los padres de familia de Chile saben que lo primero que quieren asegurar a su familia es buena salud y buena educación. Y ahí están los dos grandes compromisos en que estamos trabajando incansablemente para avanzar.
Compromisos cumplidos
El ministro Mañalich tiene razón cuando dice que un Gobierno tiene que asumir compromisos. Un Gobierno no puede simplemente sentarse y ver cómo van las cosas. Un buen Gobierno tiene que hacer que las cosas pasen y no simplemente observar cómo pasan. Y por eso asumimos compromisos muy grandes, muy ambiciosos, y le dijimos a los chilenos: “queremos que nos juzguen no sólo por las buenas intenciones, sino especialmente por los buenos resultados”.
Ninguno de los compromisos que nos pusimos era un compromiso fácil, todos eran difíciles, pero ninguno era imposible de cumplir, porque yo recuerdo a mis padres que, desde la cuna, nos enseñaron que hay que cumplir lo que se promete y que no hay que prometer lo que no se puede cumplir.
Y vean ustedes, ya lo dijo el ministro, nos comprometimos a terminar con las listas de espera Auge, y hoy día estamos cumpliendo con Chile.
Nos comprometimos a extender el postnatal de tres a seis meses, y cumplimos con Chile.
Nos comprometimos a extender el beneficio del postnatal, que antes llegaba solamente a una de cada tres mujeres, a todas las mujeres trabajadoras en edad fértil de nuestro país, y hemos cumplido.
Nos comprometimos a reconocer a aquellas parejas que hubieran cumplido 50 años de matrimonio con el Bono bodas de oro, y lo cumplimos.
Nos comprometimos a eliminar el descuento del 7% para salud a nuestros adultos mayores, y lo cumplimos.
Esto no es mérito solamente de un Gobierno. Por supuesto que el Gobierno trabajó en cuerpo y alma para el logro de estos objetivos. Pero es mérito de todos los chilenos.
Quiero hacer un especial reconocimiento a esos miles y miles de hombres y mujeres que trabajan en el sistema público de salud, con mucha dificultad, pero con mucho cariño, con mucho compromiso, y sin cuyo esfuerzo jamás habríamos logrado lo que hoy estamos celebrando.
Nuevos desafíos
Quiero decirle al ministro de salud, que está muy contento hoy día, y con mucha razón, que los desafíos y las metas no terminan aquí. Y, de hecho, deseo establecer de inmediato dos desafíos adicionales.
En primer lugar, queremos que de aquí en adelante nunca más se vuelvan a acumular las listas de espera Auge. Queremos que este esfuerzo inmenso que hicimos con los 380 mil chilenos y chilenas que estaban en esas listas de espera, lo sigamos haciendo con esos otros chilenos y chilenas que también en el futuro van a necesitar que se cumpla la garantía Auge.
No podemos evitar la enfermedad, no podemos evitar los problemas de cadera, los cánceres o las cataratas. Pero sí tenemos la obligación de estar preparados para que, cuando esas enfermedades ataquen la vida de las personas, tengamos un sistema de salud capaz de dar la atención o la cirugía Auge requerida. Por tanto, vamos a seguir monitoreando nuestro sistema de salud, porque no queremos que en uno o dos años más empecemos nuevamente a acumular listas de espera.
En segundo lugar, hay decenas de miles de chilenas y chilenos afectados por enfermedades que no están cubiertas por el plan Auge, que también han esperado más de la cuenta por una atención. Por eso, la próxima meta es terminar igualmente con las esperas excesivas por enfermedades no Auge.
Finalmente, cuando una persona está enferma es cuando más necesita que la tratemos bien, que la tratemos con cariño, que la tratemos con dignidad, que la atendamos oportunamente, que le demos la mejor solución posible a su enfermedad y, además, que ello no signifique la quiebra financiera. Eso es lo que debe hacer un buen sistema de salud.
Quiero decirles, además, que el 75 por ciento, es decir, tres de cada cuatro soluciones a los problemas Auge, se hicieron en la salud primaria, es decir, lo más cerca posible de los pacientes, y sólo una de cada cuatro tuvo que ser referida a los hospitales. Por tanto, fortalecer la salud primaria es una clara prioridad.
Por otra parte, y esto me llenó de alegría, el 96 por ciento de las soluciones se hizo en el sector público de salud. Y eso refleja que tenemos un sector público de salud que merece todo nuestro reconocimiento, todo nuestro respeto y que tenemos que seguir apoyando.
Por todo esto, quisiera decir a María Elsa, de Río Bueno, que finalmente tuvo una operación de artrosis de cadera, a Olga Cecilia, de Angol, que tuvo la operación de cataratas que le permitió nuevamente ver, a Gustavo, de Cañete, que recuperó la vista y nuevamente ha podido trabajar el campo, que esto es algo que la sociedad les debía. Porque, por el solo hecho de haber nacido en este país maravilloso, tenemos el compromiso de asegurarles una vida digna y de asegurarles que cuando necesiten la ayuda del Estado, porque están enfermos, esa ayuda va a estar ahí, oportuna, digna y eficiente.
Sin duda hemos recorrido un largo trecho en estos primeros 20 meses de nuestro Gobierno. Pero tenemos plena conciencia que todavía hay muchos problemas que afectan a muchas chilenas y chilenos, que aún no han sido resueltos. Y por tanto, yo les pido a todos los que hoy día celebran haber dejado las listas de espera Auge en la historia, que aprovechemos la fuerza y la alegría de esta celebración para redoblar nuestros esfuerzos y seguir trabajando para que todas y todos los chilenos tengan una vida más plena y más feliz junto a su familia.
Muchas gracias y que Dios los bendiga.