DÍA NACIONAL DEL EMPRENDIMIENTO

Tamaño del Texto:

-A +A

DÍA NACIONAL DEL EMPRENDIMIENTO

29 de Abril de 2013

Discurso de S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera al firmar el Decreto que instaló el Día Nacional del Emprendimiento

Colina, 29 de abril de 2013

Hoy estamos celebrando el Día Nacional del Emprendimiento. No es casualidad que sea un 29 de abril, porque un día como hoy, en la década de los 30, en los tiempos del Presidente Pedro Aguirre Cerda, se creó la Corfo, que tiene como principal misión y labor colaborar en el desarrollo y el fomento del emprendimiento en nuestro país.

Es verdad lo que decía don Hernán Cheyre, actual vicepresidente de la Corfo: en esos tiempos ella tenía una visión muy distinta. Era una institución que estaba orientada a las grandes empresas, y así, bajo su alero, surgieron empresas como Endesa, Enap la Cap y muchas más. Chile venía saliendo de la gran crisis del año 29 y prácticamente no tenía industrias. Y, por tanto, se requería una Corfo de esa naturaleza en esa época.

Pero ahora las circunstancias son muy distintas. La Corfo ha sabido modernizarse, adecuarse a los nuevos tiempos, y hoy día está orientada no hacia las grandes empresas, porque en la actualidad esas grandes empresas pueden arreglárselas con sus propios medios, sino que está orientada en alma y corazón a los micro, pequeños y medianos empresarios. Y también a los futuros emprendedores, no solamente a los que ya están, como don Roberto Pérez.

Tengo una relación emocional muy, muy estrecha y cercana con la Corfo, porque mi padre dedicó su vida a trabajar en esa institución. Y recuerdo perfectamente bien, cuando éramos niños, que junto a mi madre lo íbamos a buscar en las tardes y a nosotros nos parecía fascinante correr por esos anchos pasillos de la Corfo. Y le quiero agradecer a usted, Hernán Cheyre, porque tuvo el gesto, hace algún tiempo, de llevarme a la que fue durante 40 ó 50 años la oficina de mi padre. Y ahí estaba su abrigo, que reconocí de inmediato; su escritorio; sus papeles. Fue un momento muy emocionante.

Pero no podemos vivir solamente de recuerdos y de emociones. A mí también me motiva y me entusiasma mucho lo que está haciendo la Corfo hoy en día, porque ha sabido adecuarse a los desafíos del siglo XXI. No solamente ha puesto el foco en las micro, pequeñas y medianas empresas, sino que también en motivar y ayudar a los nuevos emprendedores.

La meta de generar 100 mil nuevos emprendedores

Y es verdad lo que usted decía. Nunca antes un programa de Gobierno había planteado metas en materia de surgimiento de nuevos emprendedores. Tampoco conozco muchos que se hayan propuesto metas sobre creación de empleos. Y así como nosotros fijamos el objetivo de un millón de nuevos empleos, también nos planteamos la meta de contar con 100 mil nuevos emprendedores.¿Por qué 100 mil? Por dos razones. Porque cuando uno analizaba las estadísticas de la primera década de este siglo, de 2000 a 2010, comprobaba que en Chile habíamos perdido 100 mil emprendedores en ese lapso. Y los queríamos recuperar. Pero, además, porque sabíamos que para crear un millón de nuevos empleos no basta con quererlo, había también que preocuparse que estuvieran ahí los emprendedores que pudieran generar esos puestos de trabajo.

Y les puedo decir con mucha alegría y satisfacción que, transcurridos tres años de Gobierno, en Chile existen 150 mil nuevos emprendedores. Eso es más de tres veces el Estadio Nacional repleto de punta a punta. O sea, una enorme cantidad de chilenos se han dado cuenta que ellos también pueden. Y eso es muy importante, porque cuando se pensaba en el emprendimiento muchas veces creíamos que eso era para unos pocos privilegiados. Esa es la cultura y la mentalidad que estamos cambiando.

El emprendimiento es para todos, y en todos los campos. Porque no solamente se puede emprender en el mundo de la empresa tradicional, de los negocios; también se puede emprender en el mundo del arte, en el mundo de la cultura, en el mundo de la solidaridad. Por ejemplo, yo pocas veces he conocido a alguien tan emprendedor como el Padre Renato Poblete, en su caso, en el mundo de la solidaridad. Lo mismo ocurre en todos los ámbitos del quehacer humano. El emprendimiento significa, en el fondo, no estar contento con lo que hemos heredado de nuestros padres, y tener un compromiso, unas ganas y una voluntad de legar un mundo mejor a nuestros hijos. Y eso es muy importante.

Los cuatro nuevos pilares para el desarrollo

Si queremos ser un país desarrollado, sin pobreza y con oportunidades para todos, que es la gran meta que nos hemos fijado no sólo para este Gobierno, sino para el futuro de Chile; si queremos lograr, antes que termine esta década, que Chile sea el primero, ojalá no el único, país de América Latina que después de más de 200 años de vida independiente acompañados del subdesarrollo y de la pobreza finalmente pueda derrotarlos, tenemos que construir los nuevos pilares sobre los que se erige hoy el desarrollo.

Siempre se hablaba que los pilares tradicionales para que un país pudiera progresar eran tener una democracia estable, una economía social de mercado y un Estado moderno. Pero eso que era muy importante en la década de los 70, hoy día ya no es suficiente. Si de verdad queremos romper 200 años de subdesarrollo y pobreza no basta con hacer más de lo mismo, tenemos que hacer cosas nuevas. Y dentro de esas cosas nuevas hay cuatro pilares, que son los que este Gobierno está trabajando en cuerpo y alma para construir o fortalecer.

¿Cuáles son esos cuatro pilares?

En primer lugar, tenemos que hacer una profunda reforma al sistema educacional, para dar educación de calidad a todos y cada uno de nuestros niños y jóvenes. Y esa reforma está en marcha. Y estamos comprometiendo una enorme cantidad no solamente de recursos, sino que también de energía, para mejorar en este aspecto.

Afortunadamente el esfuerzo ya está rindiendo frutos, porque después de 20 años de estancamiento en la calidad de la educación, medida, por ejemplo, con la prueba Simce, hemos visto en los últimos tres años que ella empezó por fin a mejorar y las brechas entre los afortunados y los postergados se han ido estrechando.

El segundo gran pilar es derrotar la pobreza en nuestro país y avanzar hacia una mayor igualdad de oportunidades. No podemos seguir tolerando, en el siglo XXI y con un Chile que se acerca a los 20 mil dólares de ingreso per cápita, que haya chilenos viviendo en la pobreza, ni tampoco que haya tanta desigualdad en las oportunidades con que cuentan los chilenos para desarrollar sus talentos. Y por eso el compromiso de terminar con la pobreza extrema durante nuestro Gobierno y derrotar la pobreza en general durante esta década es muy importante, como lo es también el de ampliar el acceso a las oportunidades que ofrece el progreso.

Y también en ese camino vamos avanzando en la dirección correcta. Porque a pesar que tuvimos un retroceso en materia de pobreza durante el gobierno anterior, afortunadamente  Chile ha recuperado su capacidad de reducirla, como demostraron tanto la última encuesta Casen como los estudios que hace la Cepal. Pero esos dos pilares tampoco son suficientes. Hay otros dos que están íntimamente ligados con lo que hoy estamos celebrando. Tenemos que invertir más en ciencia y tecnología. Nos hemos propuesto duplicar nuestra inversión en ellas. Y estamos avanzando. Ahí está la nueva ley de I+D, que permite fomentar la investigación y el desarrollo. Pero además de la ciencia y la tecnología, tenemos que fomentar y no asfixiar la innovación y el emprendimiento.

Por eso decretamos  el año pasado como el año del emprendimiento y a este como el año de la innovación. Porque la innovación y el emprendimiento son los verdaderos recursos renovables, limpios e inagotables; porque nacen del espíritu humano, nacen de nuestra libertad, de nuestra inteligencia, de nuestra creatividad, que es el recurso que va a hacer la diferencia entre los países que logren alcanzar el desarrollo y los que se queden atrapados en la pobreza.

Ésa es la razón de que el año 2012 haya sido el año del emprendimiento y el año 2013 el año de la innovación. Eso no es casualidad; es porque estamos seguros que son esos cuatro pilares educación, derrota de la pobreza, ciencia y tecnología, innovación y emprendimiento los que van a permitir que Chile no solamente crezca a tasas altas durante dos, tres, cinco años, sino durante mucho tiempo, para que todos y cada uno de los chilenos sepan que van a tener que hacer un aporte a ese desarrollo, pero también que van a poder beneficiarse de ese desarrollo.

Por esa razón es importante lo que está haciendo Corfo. Decía Hernán Cheyre que Corfo ha más que duplicado su número de beneficiarios. De hecho, pasó de 96 mil a 250 mil.  Y lo está haciendo con muchos programas innovadores, orientados a la micro, pequeña y mediana empresa, y también a los nuevos emprendedores. Ahí están los programas Capital semilla, Start-Up y otros que está implementando en distintas áreas y que nos han permitido repuntar en los rankings internacionales. Estas cosas se miden. Hay organismos internacionales, como el Banco Mundial, como el Fondo Monetario Internacional, como las Naciones Unidas, que miden la capacidad de innovar y de emprender de un país en forma muy objetiva. Y afortunadamente  Chile ha despegado y tiene un liderazgo fuerte y claro en materia de innovación y de emprendimiento que tenemos que seguir desarrollando.

Y  esto que estamos  haciendo no se reduce solamente  a Corfo. Es una filosofía que cruza a todo nuestro Gobierno. Por ejemplo, Indap, a través de los programas de alianzas productivas, está generando nuevos emprendedores en el mundo agrícola; en el de los pequeños y medianos agricultores. El programa Mujer emprende, de Sernam, apunta en la misma dirección. El programa Contact Chile, de Pro Chile, también se encarga de fomentar la aparición de emprendedores con mucho énfasis en las tecnologías. También está el programa de inversión social del Fosis. Todo eso apunta en la misma dirección.

El espíritu de emprendimiento

Pero para que una persona pueda innovar y emprender, se requieren muchas cosas. Por de pronto, se necesitan ganas de hacerlo, compromiso con la tarea. Usted, Roberto, no habría llegado a ninguna parte si no hubiera tenido ganas, compromiso y perseverancia. Porque todos los emprendedores, y a usted le tocó duro, enfrentan muchas dificultades. Y por eso yo siempre le pregunto a un emprendedor que está empezando si realmente tiene ganas de hacer lo que está planeando, si realmente cree en lo que va a hacer, si está preparado para enfrentar las múltiples dificultades que van a surgir en el camino. Porque si al primer tropiezo se va a quebrar, entonces no está hecho para emprender. Tiene que tener esa voluntad para que cuando se caiga -y todos los emprendedores se caen- volver a ponerse de pie, como lo hizo Roberto Pérez.

Pero también creo que es importante la actitud en el siguiente sentido. A mí de repente me preocupa la cultura que empieza a generarse  en nuestro país, que lleva a que todos estemos muy conscientes de nuestros derechos, y está bien que así sea, pero a veces muy poco de nuestras obligaciones. Tenemos derechos y esos derechos tienen que ser respetados. Pero también tenemos obligaciones. Y esas obligaciones tienen que ser cumplidas. Si cada uno cree que sólo tiene derechos, pero ninguna obligación, y que los demás sólo tienen obligaciones, pero ningún derecho, el país no va a funcionar bien. Por eso es muy importante no creer que todos los problemas los tienen que resolver los demás, porque si todos pensáramos igual, ¿quién va a resolver los problemas?

Por eso es tan importante el espíritu emprendedor y, dentro de ese espíritu emprendedor, yo decía: para ser un buen emprendedor se requieren ganas, se requiere voluntad, se requiere creer en lo que uno está haciendo, se requiere un compromiso, se requiere una fortaleza interior. Las oportunidades en el mundo moderno están ahí. De hecho, nunca antes habíamos vivido con tantas oportunidades para emprender como hoy día. Antes las empresas grandes eran las más antiguas; hoy ya no es así. Fíjense ustedes ¿cuáles son las grandes empresas a nivel mundial? Vamos a hablar de Microsoft, de Apple, de Youtube; vamos a hablar de las empresas que están ligadas a la tecnología. Ninguna de ellas existía hace 40 años; son todas empresas de los últimos 30, 20, 10 años, lo cual muestra que el mundo moderno está abriendo muchas oportunidades para la innovación y el emprendimiento.

Pero no basta con que las oportunidades estén ahí. Como usted dice, Roberto, si todos siguen el ladrido del perro y se olvidan de mirar a la liebre, no van a llegar a ninguna parte.

Yo suelo usar un ejemplo. Las oportunidades del pasado y del futuro tienen una cosa buena y una cosa mala cada cual. Las oportunidades del pasado, las que ya fueron, tienen una gracia: se ven a simple vista. Son como los portaaviones en el mar, no hay para qué aguzar la vista ni levantarse temprano, ni escudriñar el horizonte. Eso es lo bueno. Todos podemos decir: “si yo hubiera sido Bill Gates, si yo hubiera sido Steve Jobs”. Pero lo malo es que ya todas tienen dueños, alguien ya las descubrió y se quedó con la liebre, y los otros siguieron los ladridos del perro.

Las oportunidades del futuro también tienen una cosa buena y una cosa mala. La cosa mala es que son difíciles de encontrar, son como los submarinos; hay que estar mirando con atención al horizonte para ver sus periscopios. Hay que estar mirando dónde está esa liebre y no solamente escuchando los ladridos de los perros y siguiendo a los demás, pero ahí están. Y tienen una cosa muy buena, que el que las descubre tiene el legítimo derecho de beneficiarse de ellas.

Pero cuando los emprendedores innovan y crean nuevas empresas, no solamente se benefician ellos, benefician a toda su comunidad, pues satisfacen necesidades de los consumidores, crean empleos y pagan impuestos que contribuyen a financiar el gasto social. Y, por tanto, el beneficio no es solamente para los emprendedores. Es para toda la sociedad, en la medida, naturalmente, en que el emprendedor esté creando algo de valor.

Y por eso es tan importante motivar e incentivar este espíritu de innovación y de emprendimiento que está vivo en el alma de todos los chilenos, pero que a veces el Estado, con su burocracia, con sus obstáculos, se encarga de apagar en lugar de estimular. El espíritu que ilumina a esta  nueva Corfo es precisamente  lo contrario: ayudar, entusiasmar, acompañar a los actuales emprendedores micro, pequeños y medianos, y también a los futuros emprendedores, muchos de los cuales espero estén hoy aquí sentados.

Confianza en los jóvenes de Chile

Yo tengo una profunda fe no solamente en Chile, sino también en nuestra juventud. Algunos dicen que “la juventud no está ni ahí”. No, no es verdad. La juventud está muy consciente de que tiene una misión, que tiene una tarea por cumplir, que es no solamente recibir el mundo que los padres les entregaron, sino que cambiar ese mundo para mejor y entregar uno mejor a sus hijos. Y eso está muy bien. Y está bien que sean rebeldes, que protesten  y que se manifiesten, pero no basta con protestar  y manifestarse. Yo no quiero que la juventud sea una rebelde sin causa, queremos que la juventud chilena sea una juventud rebelde, pero con causa. Y para tener una causa hay que tener compromiso, voluntad y esfuerzo para saber cumplir con los sueños y con los proyectos que ustedes tienen para sus vidas.

Les voy a contar una anécdota. Una vez había un señor feudal, en la Edad Media, cerca de la ciudad de Colonia, en Alemania, que iba caminando y vio a tres hombres picando piedras en una cantera, y les preguntó qué hacían.  El primero dijo: “yo estoy picando piedras”.  El segundo dijo: “yo me estoy ganando la vida”.   Y el tercero lo miró con los ojos iluminados y le dijo: “yo estoy construyendo la Catedral de Colonia”. Aparentemente hacían lo mismo, picar piedras. El primero sólo hacía eso -qué cosa tan triste dedicar la vida a picar piedras-; el segundo por lo menos se daba cuenta que se estaba ganado la vida picando las piedras; pero el tercero estaba participando de la construcción de la Catedral de Colonia.

Yo les puedo asegurar a ustedes, jóvenes de Chile, que a lo largo de su vida les va a tocar picar piedras, que es la parte dura, tediosa de la vida. Pero a pesar de que van a tener que picar piedras, nunca se olviden que también están construyendo su propia catedral, que es su vida, su proyecto de vida.

Para poder construir ese proyecto de vida, tienen que tener ganas, compromiso y voluntad de hacer de sus vidas algo que valga la pena. Y para eso, para poder hacer de sus vidas algo que valga la pena, van a tener siempre la voluntad del Gobierno de apoyarlos en sus proyectos, para que puedan sacar adelante sus sueños.

Por eso cuando ustedes, en unos momentos más, y después de que han anotado sus sueños en esos globos, que son sus proyectos de vida, sus aspiraciones, sus anhelos, y los dejen ir hacia el cielo, lo que estarán haciendo es algo muy importante en la vida. En la vida hay que tener puestos los ojos en el cielo, que es el futuro, la esperanza, pero también hay que tener muy bien puestos los pies en la tierra, que es el realismo y que es el compromiso. Así que espero que a medida que esos sueños vayan subiendo al cielo, sus pies estén muy bien puestos en la tierra, porque así, con los pies puestos en la tierra y los ojos puestos en el cielo, van a llegar tan alto como sean sus sueños y tan lejos como grandes sean sus talentos y su compromiso.

Muchas gracias.