ESTRATEGIA DIGITAL DE ENERGÍA

Tamaño del Texto:

-A +A

ESTRATEGIA DIGITAL DE ENERGÍA

28 de Febrero de 2012

Discurso de S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, en ceremonia de lanzamiento de Estrategia Nacional de Energía

Machalí, 28 de febrero de 2012

Los chilenos nos fijamos una meta grande, noble, ambiciosa, difícil. Una meta que ninguna generación anterior había logrado y una meta que ningún país de América Latina ha logrado: hacer de Chile, antes que termine esta década, un país desarrollado de verdad. Lo cual apunta a un desarrollo integral, no solamente en lo económico, también en lo social, en lo cultural y en lo político y democrático. Y estamos avanzando a pie firme en esa dirección.

Conversaba hoy día con Presidentes de países desarrollados, con los cuales vamos a compartir la reunión del G-20 en México, en algunas semanas más, y ellos veían con mucha alegría cómo Chile, a pesar de las turbulencias de la economía mundial, seguía avanzando a pie firme en materia de crecimiento y en materia de empleo.

Gobernar no es fácil. Porque hay que lograr un equilibrio entre mirar el camino e ir resolviendo los problemas del día a día, pero al mismo tiempo, hay que tener la capacidad de levantar la vista, mirar al horizonte y proyectarse no solamente para este Gobierno, sino que proyectarse hacia el futuro y mirar, como esta estrategia, hasta el año 2030.

Y cuando uno levanta la vista se da cuenta que hay que preocuparse de muchas cosas. Pero hay dos factores que van a ser claves entre el éxito y el fracaso, dos factores que Chile tiene que mirar con otra voluntad y con otra actitud. Uno de ellos es el tema de la energía, y el otro es el tema del agua.

Y por eso, no es casualidad que nos hayamos propuesto una estrategia  nacional para enfrentar el desafío de la energía y para enfrentar el desafío del agua, no solamente mirando a nuestro Gobierno, sino que mirando las décadas que vendrán.

Energía y Agua

Hoy día queremos compartir con ustedes lo que se refiere a la parte de electricidad de nuestra Estrategia de Energía, porque la energía es más que la electricidad. Y, por tanto, en los días y semanas que vienen vamos a incorporar a esta estrategia, los temas de leña, de combustibles, de gas, de carbón, y muchas más.

Pero yo quería esencialmente plantear que si no ganamos esta batalla por tener energía y agua económica, limpia y segura, no vamos a llegar a ser un país desarrollado. Y por esa razón, cuando vemos los desafíos del futuro, vemos que en ambos campos son gigantescos.

En el tema del agua. No solamente estamos enfrentando una sequía, es probable que estemos enfrentando un fenómeno de mucho más largo aliento, relacionado con el calentamiento global y con el cambio climático. Y, por lo tanto, no podemos seguir desperdiciando el agua como lo estamos haciendo hasta el día de hoy.

En nuestro país, hoy en día el 84 por ciento del agua se pierde por los ríos en el mar y solamente embalsamos el cuatro por ciento del agua.

Tenemos que cambiar dramáticamente esa ecuación si queremos tener el agua suficiente para la agricultura, para la industria, para la minería y también, lo más importante, para el consumo humano.

Y en materia de energía, nuestro país tiene que crecer con mucha fuerza para ser desarrollado durante esta década. Y eso significa que la demanda por energía va a crecer a un ritmo entre seis y siete por ciento al año. Eso significa que tenemos que duplicar nuestra matriz energética cada 10 años. Y, por de pronto, necesitamos agregar ocho mil megawatts a los 17 mil que tenemos hoy día como capacidad instalada, durante los próximos ocho años. Y ese es un desafío formidable.

¿Cómo estamos enfrentando ese desafío?

Por de pronto, lo que queremos no es solamente más energía, queremos energía limpia, más limpia que la actual, queremos energía económica, más económica que la actual, queremos energía segura, más segura que la actual.

Y por eso desarrollamos esta Estrategia de Energía como una política de Estado, que va más allá de nuestro Gobierno.

Los pilares de esta estrategia

El ministro planteó los pilares fundamentales de esta carta de navegación, y yo quisiera referirme a cada uno de los pilares que constituyen los cimientos de esta Estrategia de Energía para el período 2012-2030.

En primer lugar, debemos hacer de Chile un país eficiente en materia energética. Hoy día desperdiciamos, despilfarramos mucha energía. Y la energía más económica, la energía más limpia, la energía más segura, es la energía que dejemos de despilfarrar o de perder, asumiendo una cultura de eficiencia energética.

Y para eso hemos diseñado un programa que nos va a permitir recuperar terreno, porque hoy día no estamos entre los países de mayor eficiencia energética en el mundo.

Crecer con eficiencia energética significa cambiar el rumbo del crecimiento. Y por eso nuestra meta es desviarnos, hacia el año 2020, en un 12 por ciento de lo que habría sido el consumo si no aplicamos esta Estrategia de Eficiencia Energética. Y de esa manera vamos a tener una demanda que abastezca la energía que se requiere, pero no una demanda que pueda ser reducida con medidas de eficiencia energética.

El Plan de Eficiencia Energética 2012-2020 ha sido diseñado con mucha profundidad y con mucho cuidado. De hecho, está en el corazón de esta Estrategia de Energía.

Vamos a crear un sello de eficiencia energética, que va a estar operativo durante este año, y que va a permitir a las empresas poder autoevaluarse en su eficiencia energética. Y cuando sean eficientes en el uso de la energía que nos pertenece  a todos, van a recibir un reconocimiento con este sello de eficiencia energética, que lo podrán obtener las empresas, los municipios, las escuelas, los hospitales y todos los consumidores de energía de nuestro país.

También contempla el establecimiento  de estándares  mínimos de eficiencia energética para los principales artefactos que consumen energía y que utilizamos en nuestra vida diaria.

Veíamos un ejemplo en el tema de la iluminación. Podemos reducir a la mitad el consumo de energía en iluminación, si aplicamos las tecnologías apropiadas y no desperdiciamos buena parte en calor, como ocurre con muchas de las ampolletas que iluminan nuestro país y no las reemplazamos por ampolletas eficientes, que iluminan lo mismo, pero consumen la mitad.

Adicionalmente, estamos cambiando radicalmente los programas públicos de iluminación, tanto en trabajo con los municipios en el alumbrado público, como en trabajo con las empresas y los hogares en el alumbrado empresarial y residencial. Y hemos creado una comisión interministerial de eficiencia energética, porque éste es un desafío que trasciende al Ministerio de Energía y que involucra a muchos otros ministerios.

Y la caridad debe empezar por casa. Y por esa razón, este viernes, en Valparaíso, vamos a poner en marcha el Programa de Eficiencia Energética en los edificios públicos, que después se va a hacer extensivo, y en forma muy exigente, y estamos personalmente comprometidos en ello, a todas las instituciones del sector público.

La energía que logremos ahorrar va a ser un gran aporte a esta eficiencia energética, y a desviarnos del camino y llegar al año 2020, solamente por ahorro de energía, consumiendo 12 por ciento menos de lo que hubiéramos consumido si no tomamos este compromiso con la eficiencia energética, es el primer pilar de esta Estrategia de Energía que, como ustedes ven en el documento, está dividida en múltiples tareas y funciones, y algunas de las 100 medidas que anunció el ministro, de carácter legal, administrativo o reglamentario, tienen que ver precisamente con la eficiencia energética.

Pero la medida más importante en materia de eficiencia energética es cambiar la cultura de los chilenos, y darnos cuenta que ya no tenemos derecho a seguir utilizando la energía como si fuera infinita. Tenemos que cuidarla, porque producir la energía cuesta recursos, y porque producir la energía también significa impacto en el medioambiente.

El segundo pilar de nuestra Estrategia de Energía es dar un gran salto adelante en materia de energías renovables no convencionales.

Hasta ahora hemos hablado mucho de las energías renovables no convencionales, la energía del viento, la energía del sol, la geotermia, la energía de las mareas, pero lo cierto es que ellas sólo representan entre un tres y un cuatro por ciento de nuestra matriz energética.

Acá hay un típico caso en que el discurso va por un lado y los hechos van por otro. Y queremos que el discurso y los hechos caminen por la misma avenida.

Y esto no es solamente un acto de voluntarismo. Chile ha sido un país pobre en las energías del pasado, no teníamos petróleo, no teníamos gas, pero somos un país inmensamente rico en las energías del futuro. ¿Qué país tiene los desiertos con mayor radiación del mundo? Chile. ¿Qué país tiene el 25 por ciento de los volcanes y un tremendo potencial en energía geotérmica? Chile. ¿Qué país tiene más de seis mil kilómetros de costa, para aprovechar la energía de las mareas? Chile.

¿Qué país tiene regiones como Coquimbo, Los Lagos, Aysén, Magallanes, en que el viento sopla permanentemente? Chile.

Y, por tanto, el potencial que tiene Chile para transformarse en una potencia en materia de energías limpias y renovables, tenemos que aprovecharlo de verdad y no solamente en las palabras.

Y por eso, un segundo pilar de nuestra estrategia  es dar un gran salto adelante en materia de energías limpias y renovables.

Vamos a acelerar la incorporación de estas nuevas fuentes de energía a la matriz, a través de muchos mecanismos, duplicando las metas que están hoy día fijadas en el Plan de Energía que estaba vigente, creando un nuevo mecanismo de licitaciones, para impulsar el desarrollo de estas energías del viento, del Sol, de las mareas, de la geotermia, incorporándolas como una política y un compromiso de Estado, y estableciendo nuevos mecanismos de fomento y desarrollo.

Porque si bien estas energías están en plena evolución, todos sabemos que más temprano que tarde van a ser energías totalmente competitivas. Y lo que tiene que hacer Chile, dado su potencial, no es mirar cómo las cosas pasan, sino que estar a la vanguardia de ese progreso y conocimiento tecnológico. Y para eso el Gobierno va a comprometer todo su esfuerzo.

Y, adicionalmente, creando una nueva institucionalidad para investigar y estar a la vanguardia del conocimiento, de la ciencia y la tecnología en esta materia, porque un país con las riquezas que tiene Chile en materia de energías limpias y renovables, no puede tener la falta de conocimiento que tenemos en cómo utilizar esas riquezas.

Un tercer pilar fundamental para un país como Chile, es el potenciar las energías renovables convencionales. Y básicamente la más importante es la que estamos sintiendo a nuestras espaldas, es la energía del agua. Un país que tiene una cordillera como la Cordillera de Los Andes y que tiene un océano como el Océano Pacífico, y que existe el declive entre la cordillera y el mar donde se acumulan las nieves y las aguas, tiene un potencial hidroeléctrico gigantesco que tenemos que seguir aprovechando.

Se calcula que nuestro potencial hidroeléctrico es de más de 20 mil megawatts. Igual como en los últimos cien años hemos utilizado mucho la energía hidroeléctrica, de hecho, Chile fue un país pionero en materia de energía hidroeléctrica, cuando inauguró la Central Chivilingo fue una verdadera hazaña tecnológica, tenemos que mantener ese liderazgo en materia de energía.

Y por esa razón nos hemos propuesto aumentar la participación de la energía hidroeléctrica en nuestra matriz. Obviamente, tomando en consideración un cuidado y compromiso muy especial con el medioambiente. Y aquí estamos  viendo cómo se puede compatibilizar lo que es usar el agua como energía, porque es natural, porque es renovable, porque es nuestra y, al mismo tiempo, proteger el medioambiente.

Pero además de las energías hidroeléctricas, que son una parte fundamental de nuestra Estrategia  de Energía, el agua, que es un recurso que fluye, tenemos que saber aprovecharlo con inteligencia y utilizarlo en beneficio del desarrollo.

Y por esa razón estamos comprometidos con hacer de Chile una potencia hidroeléctrica a una escala mucho mayor que la que hemos conocido en el pasado, y de esa manera lograr que este recurso agua que Dios puso en nuestra tierra, se transforme en un recurso al servicio de todos y cada uno de los chilenos y, al mismo tiempo, usarla con inteligencia para proteger el medioambiente y para proteger nuestra naturaleza.

Pero además del agua, Chile va a tener que seguir utilizando otro tipo de energía: la energía del gas, la energía del carbón, la energía del petróleo, principalmente como energía de respaldo y de sustento, porque el agua a veces sufre diferencias o cambios muy fuertes en su disponibilidad. A veces las lluvias son generosas, a veces no son tan generosas y, por tanto, tenemos que darnos cuenta que las energías térmicas van a ser parte de nuestra Estrategia de Energía.

Y por eso nos preparamos para que la energía térmica se incorpore en forma armónica a esta estrategia, y Chile tiene los estándares o normas de emisión más exigentes de América Latina y a nivel mundial en materia de emisiones de las generadoras termoeléctricas. Y eso fue algo que se trabajó junto con la ministra del Medioambiente y que ya está en plena vigencia en nuestro país.

Pero no solamente tenemos que contar y usar inteligentemente la energía que hoy día tenemos. No se ha terminado en nuestro país el proceso de búsqueda y exploración de nuevas fuentes de energía como el gas y el petróleo, particularmente con los avances tecnológicos que permiten utilizar gas que antes era imposible utilizar, que está atrapado muchas veces bajo nuestro Océano Pacífico.

Modernizando nuestro Sistema de Transmisión

Otro componente fundamental de esta estrategia  es un cambio, una actualización y un potenciamiento muy fuerte de nuestro sistema de transmisión.

Nuestro sistema de transmisión hoy día es frágil, es vulnerable. No hemos hecho las inversiones que debíamos hacer y podemos encontrarnos con la paradoja que teniendo la energía, no tenemos los mecanismos de transmisión para llevar esa energía donde se la requiere. Y por esa razón el componente de la transmisión es el cuarto pilar fundamental en esta estrategia nacional de energía.

Vamos a construir una carretera pública en materia de electricidad, de forma tal que las decisiones se tomen pensando no solamente en el interés particular de las empresas, sino que pensando en el interés del país. Y el Estado va a asumir un rol mucho más protagónico en la planificación, el diseño y el garantizar que el sistema de distribución esté disponible con la seguridad y en el momento oportuno.

Y para ello estamos diseñando una nueva política en materia de redes tanto troncales como las redes secundarias, de forma tal que, igual como construimos la Carretera Panamericana que une a Chile hoy día desde Arica hasta Puerto Montt, y que muy prontamente, gracias al compromiso de nuestro Gobierno de terminar la Carretera Austral, nos va a permitir no solamente llegar a Puerto Montt, sino que también llegar a Coyhaique, a Aysén, a Villa O’Higgins, y quedará para los futuros gobiernos continuar esa carretera hasta poder llegar a Magallanes y Campos de Hielo, si así lo permite.

Vamos a construir también la carretera pública, porque es una necesidad y, por tanto, el Estado no puede omitir su responsabilidad en asegurar un sistema de transmisión como Chile requiere y necesita.

Esto significa cambios muy profundos en la normativa vigente a nivel de transmisión troncal, subtransmisión y también transmisión adicional, mejoramiento en el procedimiento de concesiones eléctricas para construir las líneas de transmisión. No es posible que hoy día las líneas de transmisión sufran tantos retrasos por múltiples razones, que muchas veces no logran estar cuando se las requiere. Adicionalmente, esta carretera pública va a permitir la integración, porque va a permitir la conexión de todos los pequeños medios de generación a nuestro sistema de transmisión nacional, que además va a incorporar la interconexión entre el Sistema del Norte, el SING y el Sistema del Centro Sur, el SIC, lo cual nos va aumentar la seguridad, la calidad y va a reducir los costos de nuestro sistema de transmisión.

Pero además, un quinto pilar, es que necesitamos un mercado de distribución eléctrico mucho más competitivo, para que en último término este esfuerzo se traduzca en lo que importa, reducción de los costos de la energía para los consumidores, para los hogares, para las empresas.

Afortunadamente hemos tenido buenas noticias en este frente, y hace días atrás anunciamos una segunda reducción en el costo de energía para los hogares de nuestro país, y esperamos poder seguir avanzando en esa línea, reduciendo el costo de la energía para los hogares y también para las empresas, porque hoy día Chile tiene un costo de energía extraordinariamente caro, que significa una gran desventaja competitiva frente, por ejemplo, a nuestros países vecinos.

En este punto, vamos a crear los centros de operación independientes, vamos a perfeccionar la regulación para licitaciones de suministro a los clientes regulados, vamos a introducir, a través de normas, mayor competencia en la distribución, vamos a crear los agentes comercializadores, para darle mayor libertad de elegir al proveedor a cada uno de los distribuidores,  y vamos también a incorporar las tecnologías modernas que permiten una distribución mucho más inteligente  y eficiente de la energía.

Finalmente, el sexto pilar de nuestra estrategia  de energía es una interconexión no solamente dentro de Chile, sino que también una mayor interconexión e integración a nivel regional.

Europa está interconectada  desde los países nórdicos hasta los países del Mediterráneo. América del Norte está conectada desde Canadá hasta México. Y, sin embargo, nuestra América del Sur no está suficientemente integrada.

Y por eso estamos trabajando con los países vecinos y con los países de la Alianza del Pacífico, para lograr una integración que nos va a permitir a todos los países participantes un sistema más seguro, porque cada país va a contar con el respaldo de la instalación del otro país, más económico y más limpio, porque vamos a poder despachar las energías más limpias donde se estén produciendo.

Estos son los pilares fundamentales de esta Estrategia de Energía que hoy día damos a conocer al país y que se va a traducir, y se está traduciendo, porque muchas de estas medidas ya están en plena aplicación, en más de 100 medidas concretas de carácter legal, administrativo o reglamentario, para que esta estrategia  se transforme en una realidad y le dé a cada uno de los hogares chilenos y a las empresas chilenas, una energía limpia, como la que merecemos, una energía económica, como la que necesitamos, y una energía segura, de forma tal que la energía nunca sea un freno al desarrollo de nuestro país.

Termino diciendo que para que esta estrategia  tenga éxito requerimos cambiar la cultura de nuestros compatriotas y hacer de Chile un país con una verdadera cultura de utilización eficiente y racional de dos recursos fundamentales para el desarrollo de nuestro país, como es el agua y la energía. Y estoy seguro que los chilenos estaremos a la altura de estos desafíos.

Muchas gracias.