INSCRIPCIÓN AUTÓMATICA Y VOTO VOLUNTARIO

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INSCRIPCIÓN AUTÓMATICA Y VOTO VOLUNTARIO

23 de Febrero de 2012

Discurso de S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, en ceremonia de promulgación de Ley que establece la inscripción automática y voto voluntario

Santiago, 23 de enero de 2012

Sin duda hoy es un gran día para nuestra democracia. Los países, las sociedades y las democracias son un poco como las personas, están vivas y tienen necesidades de múltiple naturaleza.

Y es por eso que en nuestro programa de gobierno nos planteamos una meta: hacer de Chile un país desarrollado en forma integral, que avanzara simultáneamente  en estos frentes y no cayese en los desequilibrios que muchas veces han afectado a nuestro país y que finalmente hacen que la sociedad no pueda pararse sólidamente sobre sus pies. Nos planteamos tres grandes objetivos: recuperar la capacidad de crecer, de crear empleos, de mejorar los salarios, en el terreno económico; hacer de Chile un país con mayor igualdad de oportunidades, derrotar la pobreza extrema, reducir la pobreza significativamente y avanzar hacia una sociedad más justa y más solidaria; y también avanzar hacia una democracia más joven, más participativa, más legítima, con más fuerza y con más vitalidad.

Nos ha tocado gobernar en tiempos difíciles.  El año 2010 fue el año del terremoto y el maremoto; el año 2011, el año de las movilizaciones sociales; y este año tendremos que enfrentar una grave crisis de la economía internacional. Pero a pesar de estas dificultades y con el esfuerzo y la contribución de todos los chilenos, hemos logrado avanzar y generar frutos sólidos y fecundos. Nadie puede desconocer que hoy día Chile ha recuperado su capacidad de crecimiento, de creación de empleos y de mejorar los salarios. También creo justo reconocer que hemos avanzado en reducir la pobreza y nunca olvidamos la meta de terminar con la pobreza extrema durante nuestro Gobierno y lograr mayor igualdad de oportunidades y una sociedad más justa y más solidaria. Ahí está el Ingreso Ético Familiar, la eliminación del 7% de descuento a los pensionados, la extensión y ampliación del postnatal de tres a seis meses, la eliminación de las listas de espera de enfermedades Auge, y muchas cosas más.

Revitalizar la democracia

Estamos avanzando y lo vamos a seguir haciendo en rejuvenecer nuestra democracia, en darle a nuestra democracia una nueva fuerza, un nuevo espíritu, una nueva vida, de forma tal de enfrentar los signos de fatiga que ha estado mostrando en los últimos tiempos. Que cuatro de cada cinco jóvenes en edad de inscribirse en los registros electorales no lo haga, es una clara muestra de esa fatiga. Que en la última elección parlamentaria casi la mitad de los chilenos que pudieron haber votado y expresado su preferencia no lo hicieron, es otra muestra de esa fatiga. La pérdida del prestigio de nuestras principales instituciones democráticas, el distanciamiento y la desconfianza entre la política y los ciudadanos, y también entre los ciudadanos y la política, es parte de este debilitamiento de nuestra democracia, frente a lo cual no podemos permanecer  indiferentes o simplemente esperar que las cosas se resuelvan solas. Es por eso que nuestro Gobierno, desde la campaña presidencial, decidió enfrentar esto con un conjunto de reformas en el área económico-social, pero también en el campo político, para devolverle a nuestra democracia, que es la forma natural de vida del pueblo chileno, esa juventud que definitivamente había estado perdiendo.

Con el respaldo, el apoyo y la contribución de todas las fuerzas políticas, pusimos en marcha una profunda y muy trascendente agenda democrática, promoviendo y facilitando los plebiscitos en las comunas, para acercar la democracia a la gente, proponiendo la iniciativa popular de ley, estableciendo un sistema de primarias, de forma tal que los ciudadanos tengan una voz más fuerte en la selección de los candidatos, empujando un fideicomiso ciego, una regulación del lobby y una mayor transparencia en nuestra democracia, para hacerla más cristalina frente a los electores.

Los ciudadanos tienen derecho a saber en qué se gastan los recursos que ellos financian con sus impuestos y también qué hacen las autoridades que ellos eligen con sus votos. Adicionalmente, impulsamos la elección directa de los consejeros regionales y estamos impulsando una profunda reforma que apunta a darle más atribuciones, recursos, funciones y responsabilidades a nuestros gobiernos regionales y comunales, con el propósito de hacer de la democracia algo más cercano y algo más amistoso frente a los electores.

Un cambio profundo

Hoy es un día histórico y un gran día para nuestra democracia, porque hoy día promulgaremos una ley que va a producir un cambio profundo en la forma en que nuestra democracia funciona y en su relación con los ciudadanos. Vamos a promulgar una reforma que estoy seguro hará de nuestra democracia una más legítima, más vital, más joven, más participativa, al establecer la inscripción automática y el voto voluntario.

Estamos convencidos que éste es un llamado a todos nuestros ciudadanos, pero muy especialmente a nuestros jóvenes. Esto sigue una senda de perfeccionamientos trascendentes a nuestra democracia durante nuestra historia.

El año 1874 se estableció el sufragio secreto, antes no lo era, y se eliminó el requisito de una renta mínima para poder participar en nuestra democracia. El año 1949 se otorgó el derecho a voto a las mujeres en nuestro país. El año 1958 se estableció la cédula única, que fue una forma muy eficaz de combatir el cohecho en nuestra democracia. Todas esas reformas apuntaron en la misma dirección, hacer de nuestra democracia una democracia más legítima, más participativa y más vital. De hecho, hasta el año 1932 sólo el 8 por ciento de nuestros ciudadanos estaban inscritos en los registros electorales. Esa cifra aumentó a un 36 por ciento el año 73, y con esta reforma vamos a alcanzar la cifra histórica que tres de cada cuatro chilenos y chilenas van a estar inscritos en nuestros registros electorales y podrán participar con voz y con voto en nuestra democracia. Pero, por sobre todo, siento que esta reforma significa una invitación a toda la sociedad chilena, pero muy especialmente, como decía anteriormente, a nuestros jóvenes, a reenamorarnos de nuestra democracia, a perder los miedos y las distancias e incorporarnos con convicción y entusiasmo al proceso que es propio de toda sociedad libre de tomar sus decisiones en forma democrática y con la participación de todos los ciudadanos.

Es una invitación también a recuperar la cercanía y la confianza de la política hacia los ciudadanos, pero también de los ciudadanos hacia la política. Confianza y cercanía que constituye un principio esencial que está en nuestra democracia y en nuestra Constitución. Constitución que señala que la soberanía reside en la nación y que son los ciudadanos, con su voto libre, informado, secreto y soberano, los llamados a ejercer esa soberanía y elegir a sus representantes y a participar y contribuir con ellos a construir los caminos que nos van a conducir al Chile que todos queremos.

Hay muchas formas de participar en una democracia, pero ninguna tiene la dignidad, la solemnidad ni la fuerza de cuando los ciudadanos ejercen su derecho fundamental, que es el derecho a voto y a elegir a sus autoridades. Ese día se apaga la voz de los políticos, de los candidatos y se escucha fuerte, solemne y trascendente la voz de la gente, que representa la soberanía de la nación. Y por esa razón yo creo que una democracia tiene muchos enemigos y enemigos muy poderosos, y tiene no solamente el derecho, sino que la obligación de defenderse y protegerse de esos enemigos, como son la demagogia, la corrupción, el populismo, los grupos de presión y la violencia. Pero una verdadera democracia nunca debe protegerse  de la gente y de su derecho a ejercer la soberanía de la nación, porque esa es la esencia, el Alma Mater de una verdadera democracia.

Confiar en la gente es el principio esencial de toda democracia.

Un llamado a los jóvenes

Hoy día quiero hacer un llamado a nuestra juventud que ha estado distante y alejada de la política, que no participa en nuestros registros electorales y que no expresa su voz a través del voto libre, soberano e informado. Los invito a incorporarse en plenitud a nuestra democracia. Chile los necesita. Hoy más que nunca necesitamos su idealismo, su entusiasmo, su juventud, su fuerza, su optimismo, porque esas son cualidades fundamentales para alimentar este compromiso que tenemos de hacer de Chile un país desarrollado en forma integral. Quiero recordar que en el plebiscito del año 88, el 36 por ciento de los votantes eran jóvenes y, sin embargo, en la última elección ese número se redujo a sólo el 9por ciento. En 20 años cayó a la cuarta parte la participación de los jóvenes, y eso no es una buena señal frente a la cual podamos permanecer indiferentes. Con la ley que hoy día vamos a promulgar, de inscripción automática y voto voluntario, la participación de los jóvenes va a recuperar un 37por ciento del padrón electoral, y eso significa que la voz de los jóvenes se va a poder escuchar, y eso significa también que vamos a tener una democracia, no solamente más joven, sino que también más vital. El padrón electoral va a crecer con la promulgación de esta ley en un 55 por ciento pero el padrón electoral de los jóvenes menores de 29 años se va a incrementar en un 332 por ciento. Nunca antes en la historia de Chile había habido un incremento tan sustancial en términos absolutos y en términos proporcionales de participación ciudadana que con la ley que hoy día vamos a promulgar, que establece la inscripción automática y el voto voluntario.

Sobre el voto voluntario hay discusiones, y son legítimas. Nosotros pensamos que es mejor que los ciudadanos, y especialmente  los jóvenes, expresen su voz y ejerzan su derecho a voto en función del entusiasmo, convicciones y compromisos y no por temor a una multa.

Con esto estamos cumpliendo no solamente un compromiso de nuestro programa de Gobierno, que de por sí es muy importante, porque los compromisos hay que cumplirlos, siento también que estamos cumpliendo un compromiso con Chile, al hacer esta reforma tan necesaria, tan urgente, tan importante para que nuestra democracia, la democracia de todos, recupere esa vitalidad, juventud, fuerza y entusiasmo que nos va a permitir enfrentar los problemas del presente  y los desafíos del futuro. La democracia es como una persona viva, igual como un árbol que obtiene su verdadera fuerza de sus raíces y mientras más penetran las raíces en la tierra, más fuerte es el árbol, el tronco, las ramas, las hojas y los frutos, lo mismo ocurre con una democracia, mientras más penetran sus raíces en la ciudadanía, mientras más comprometidos se sienten los ciudadanos con su democracia, mientras más escucha la democracia a sus ciudadanos, más fuerte va a ser esa democracia. Necesitamos una democracia fuerte, legítima y con esa vitalidad y esa vida tan necesaria para enfrentar los grandes desafíos que como país tendremos que enfrentar en el futuro.

Estoy convencido que esta reforma es un gigantesco paso adelante, pero no significa que con ella se agoten los perfeccionamientos a nuestra democracia. Esa es una tarea permanente, que vamos a tener que enfrentar con visión, con unidad, con reflexión, porque al fin y al cabo la democracia debe ser algo que nos una y no que nos divida.

Quiero agradecer  profundamente  a los parlamentarios, y especialmente  a los miembros de las Comisiones de Constitución y de Gobierno Interior, que hicieron un muy significativo aporte a que hoy día podamos estar promulgando esta ley. Agradecer al ministro Cristián Larroulet, por el empeño y compromiso que puso en esta tarea. Agradecer a muchas instituciones, como el Registro Civil, el Servicio Electoral, el Tribunal Constitucional,  que también hicieron su aporte para que hoy día podamos estar promulgando esta ley que va a entrar en vigencia y va a estar en plena ejecución en la próxima elección municipal y que va a significar que 4,5 millones de chilenos que estaban al margen de nuestra democracia, gracias a esta ley sean parte de ella, con derecho a voz y con derecho a voto.

Muchas gracias.