Hábitos saludables en los chileno

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Hábitos saludables en los chileno

12 de Octubre de 2015

Señor Director:

Hace unos días vimos el reportaje "Sedentarismo, una cuestión de peso" que transmitió TVN en su programa Informe Especial, en el cual se abordaron las desigualdades que existen en Chile para llevar una vida sana, ya sea por falta de recursos, tiempo o acceso a áreas verdes en la ciudad.

Si bien compartimos el diagnóstico, y sabemos que la obesidad y el sedentarismo son un problema catastrófico y urgente en Chile, los estudios nos indican que no se puede justificar la obesidad por razones económicas.

¿Por qué si ahora tenemos tasas de pobreza más bajas que en el pasado, la obesidad ha avanzado con tanta fuerza en la actualidad, siendo catalogada por la Organización Mundial de la Salud como la epidemia del siglo XXI? Porque las barreras para llevar una vida sana son mucho más diversas y profundas que los meros aspectos monetarios, que por cierto existen. Estamos frente a un desafío cultural y global de grandes proporciones que se ha instalado con fuerza en nuestra sociedad.

Vivimos en un país que destaca mundialmente en cuanto al consumo de alimentos calóricos y poco saludables. En el caso de las bebidas azucaradas, solo por nombrar alguno, Chile se ubica en el tercer lugar a nivel mundial en cuanto a su ingesta, después de Estados Unidos y Argentina. Y, como si fuera poco, estos son el tercer alimento en que más gastan los chilenos, alcanzando un costo de $12.000 mensuales, según un reciente estudio de la Universidad de Playa Ancha y el Inta. Lo mismo podríamos decir respecto del pan, las golosinas y la comida chatarra, que han ingresado fuertemente en el presupuesto del hogar.

¿Qué nos dice, entonces, este ejemplo? Nos refleja que nuestros hábitos alimenticios y de actividad física no solo se basan en argumentos financieros, sino que también en aspectos familiares, sociales y culturales que más tienen que ver con factores evolutivos, emocionales, decisiones y aspiraciones de cada uno.

Debemos tomar conciencia sobre los nocivos efectos de los malos hábitos en nuestra salud y, por ende, en nuestra billetera. Porque, al hacer pequeños cambios en nuestros estilos de vida -como caminar 30 minutos diarios, disminuir la ingesta de sal, azúcar y frituras, y aumentar la de agua- no solo ahorramos hoy, sino que estamos invirtiendo en calidad de vida para el futuro.

Hacemos una invitación a informarse correctamente, decidir y tener la voluntad -quizás lo más difícil- para elegir, dentro de las posibilidades de cada uno, por aquellas opciones que irán en beneficio de nuestra salud y la de nuestras familias. ¡Y ello no tiene costo alguno!

Cecilia Morel

Presidenta Fundación Chile Vive Sano