¿Salvemos el planeta tierra?

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¿Salvemos el planeta tierra?

31 de Octubre de 2015

Tiempo atrás prestigiosos diarios y revistas titularon con la frase ¡Salvemos el Planeta Tierra! En verdad lo que está realmente en riesgo no es el planeta, sino la supervivencia de la raza humana en la Tierra, que con sus 4.470 millones de años, ha enfrentado y sobrevivido a todo tipo de catástrofes: calentamientos, cambios climáticos, glaciaciones, aerolitos, diluvios, terremotos, inundaciones, maremotos, erupciones volcánicas, etc. Es la supervivencia del hombre, y sus 70 millones de años de existencia, lo que está en peligro. De hecho, 99 de cada 100 especies que alguna vez existieron, han desaparecido.

Hoy el Planeta Tierra enfrenta grandes amenazas y desafíos, como el deterioro del medio ambiente, el cambio climático y calentamiento global, la desertificación, la destrucción de la capa de ozono, el agotamiento de los recursos naturales, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire, agua, suelo, etc. Durante los últimos 40 años el hombre ha destruido más que en toda su historia anterior.

En tamaño de la población, producto mundial y expectativa de vida, el mundo estuvo prácticamente estancado hasta comienzos del siglo 19 y la Revolución Industrial. Entonces se inició un espectacular crecimiento, pero también un vertiginoso aumento en nuestra capacidad de herir nuestra naturaleza, proceso que se ha acelerado temerariamente en las últimas décadas.

La humanidad tardó mucho tiempo en tomar conciencia de esta grave amenaza. Recién en 1972 se produce la Primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo. En 1992, la Segunda Cumbre en Río de Janeiro y el Primer Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.  En 1997, el Protocolo de Kyoto, con vigencia de 1998 al 2012 y en que por primera vez se establecen compromisos vinculantes para algunos países en desarrollo, para intentar reducir en un 5% la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), respecto del año base de 1990. Sin embargo, China y Estados Unidos, los dos mayores emisores de GEI, representando el 26% y 16% del total, no adquirieron compromiso alguno.

Este año hemos tenido noticias alentadoras. El Acuerdo entre Estados Unidos y China, de asumir por fin compromisos vinculantes en materia de emisión de GEI, y la Encíclica del Papa Francisco “Laudato Si” sobre la Ecología Integral y el cuidado de nuestra casa común.

Esperamos que estos signos alentadores se materialicen en acciones eficaces en la COP Nº21 a desarrollarse en París en diciembre, donde se requieren acuerdos vinculantes, aunque diferenciados, de todos los países.

El quinto informe del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) dado a conocer en noviembre del 2014, refuerza la evidencia de la gravedad del problema, aumenta la precisión de sus predicciones y enfatiza la responsabilidad del ser humano en sus causas. Se establece la imperiosa necesidad de disminuir las emisiones de GEI a partir del 2030 (nitrógeno, ozono, dióxido de carbono, etc.) y reducir el calentamiento global al menos dos grados durante este siglo, entre otras medidas.

En nuestro país, la Universidad de Chile y la Universidad Católica han desarrollado modelos con preocupantes predicciones para la calidad de vida y  actividades productivas, alertando sobre la disminución de precipitaciones entre Atacama y Aysén, el aumento de temperaturas y el avance de la desertificación.

Nuestro país también demoró en reaccionar, siendo el primer hito significativo la promulgación de la Ley de Bases del Medio Ambiente en 1994.  Los avances continuaron y en el Gobierno 2010-2014 que me correspondió encabezar, pusimos en marcha  una nueva institucionalidad ambiental (Ministerio, Superintendencia, Servicio de Evaluación y Tribunales Ambientales); nuevas normas de emisión y de eficiencia energética; programas de parques y reforestación urbana (Elige Vivir tu Parque, “Un chileno, un árbol”); nuevos parques terrestres  y marinos (Tic Toc, Yendegaia, Alerce Milenario, Motu Motiro Hiva; y el proyecto de Mitigación del Cambio Climático y Desarrollo bajo en Carbono MAPS.

Pero no basta. Debemos implementar la “Estrategia Nacional de Crecimiento Verde”, suscrita por la OCDE en 2009 y adoptada por Chile a fines del 2013, con el fin de promover el crecimiento económico, proteger el medio ambiente, fomentar la creación de empleos verdes y la equidad social, con iniciativas como la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, el nuevo Servicio de Parques y Biodiversidad, los permisos de emisión transables y los nuevos planes de descontaminación. Dado que el tiempo nos juega en contra debemos incorporar las nuevas tecnologías ya disponibles y en desarrollo.

La Tierra no es una herencia de nuestros padres de la cual podemos disponer a nuestro antojo, sino un préstamo de nuestros hijos y las generaciones futuras, a quienes debemos legarles un mundo mejor.

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