Por Cecilia Morel.
Hace pocas décadas, los conceptos formativos estaban centrados en la obediencia, disciplina y buenas conductas, que eran comprendidas y compartidas por todos de acuerdo a las convenciones sociales de esos tiempos. Esto varió significativamente a partir de los años 60, tiempos revolucionarios culturalmente y hubo que incorporar ámbitos, hasta ese momento, ajenos a la escuela, como la sexualidad, hasta entonces, tabú. Asimismo, la orientación vocacional –en la medida que más jóvenes accedían a la educación superior– fue otro desafío. Más adelante, la prevención del consumo de drogas, hasta llegar a aspectos como el bullying, entre otros.
La salud y el autocuidado estaban circunscritos a los temas ya mencionados y a la asignatura de biología más específicamente. A partir de los últimos años, salud y educación, se unieron de manera irreversible en el proceso de formación estudiantil. Ya el hecho de que en 2013 las nuevas bases curriculares de Educación Física y Salud hayan incorporado el término de manera explícita, abrió un espacio para que los estudiantes adquieran habilidades que le permitan mejorar su condición física y su calidad de vida.
Seguimos avanzado. El Ministerio de Salud informó que el reglamento de la Ley 20.606 sobre Composición de los Alimentos y su Publicidad, más conocida como la «Ley Súper 8», se encuentra en sus últimos trámites administrativos en la Contraloría General de la República para su entrada en vigencia.
Uno de los aspectos llamativos de esta norma es el nuevo etiquetado de alimentos que deberá aplicarse en Chile, que identificará, con un sello negro, los productos con exceso de azúcar, grasas saturadas, sodio y calorías. También se restringirá la publicidad de éstos para menores de 14 años y tampoco se podrán incorporar «ganchos» comerciales como juguetes, concursos, figuras y regalos al interior de los productos.
Pero, ¿qué desafíos implicará esta Ley para los colegios y escuelas? Por una parte, se prohibirá la venta al interior de ellos de alimentos que contengan el sello «Exceso de…», incentivando la existencia de quioscos donde se expendan alimentos nutritivos. También se exigirá a los establecimientos incluir, en todos sus niveles, actividades didácticas que contribuyan a incentivar hábitos de alimentación saludable y de prácticas deportivas.
La creatividad y la capacidad de adaptación se hacen indispensables. Debemos buscar formas entretenidas para presentar atractivamente los alimentos sanos. Sabemos que el desafío es grande y que la entrada en vigencia de esta Ley implicará más tiempo y trabajo al interior de los colegios. Por eso, los invitamos a comenzar a plantearse este desafío hoy, con el único objetivo de tener niños más sanos y felices en nuestras salas de clases.