Problemas y Desafíos de Haití

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Problemas y Desafíos de Haití

15 de Junio de 2015

Por Sebastián Piñera.

Desde el término de los 29 años de la dictadura de los Duvalier (Papa Doc y Baby Doc y sus tristemente célebres Tonton Macoute) en 1971, Haití ha vivido un largo período de debilidad institucional, fragilidad democrática, pobreza social y estancamiento económico.

Después de la caída del presidente Jean Bertrand Aristide el año 2004, las Naciones Unidas no solo desplegaron a los Cascos Azules para recuperar la seguridad y el orden público en Haití, sino también, establecieron una misión de estabilización, denominada Minustah, cuya función se extiende hasta el día de hoy.  Los principales desafíos de esta misión, además de su objetivo inicial de estabilización, han sido colaborar con la reconstrucción después del devastador terremoto, grado 7,3 en la escala Richter, del 12 de enero del 2010, que cobró cientos de miles de vidas, significó el desplazamiento forzado de 2.3 millones de personas y destruyó gran parte de la infraestructura del país, y contribuir también al fortalecimiento de la democracia mediante el éxito de las elecciones de Presidente, Senadores, Diputados y otras autoridades regionales y comunales, que tendrán lugar durante el segundo semestre de este año.

De hecho, por falta de acuerdo en torno a la ley de sistema electoral, desde el año 2011 no se celebran elecciones en Haití.  La única autoridad elegida, cuyo mandato se encuentra vigente, es el Presidente Michel Martelly (también se encuentra vigente el mandato de 10 de los 30 senadores, pero dado que el quorum de funcionamiento del Senado es de 16 miembros, esa cámara no puede operar).

Por estas razones, el calendario electoral acordado a principios de año entre el Gobierno y los principales partidos políticos, y la creación de la Comisión Electoral Provisoria para organizar y administrar el proceso electoral, representan una oportunidad de normalización democrática y estabilidad política, pero también, un tremendo desafío democrático y de seguridad para la sociedad haitiana.  De acuerdo a ese calendario, el 9 de agosto de este año deberán celebrarse elecciones para elegir diputados y senadores, y el 25 de octubre,  para elegir al próximo presidente.

Hasta el momento Haití cuenta con más de 70 candidatos presidenciales, más de 120 partidos políticos han inscrito candidatos para el Congreso y deberán elegirse más de 6000 cargos públicos, todo lo cual representa una gigantesca dificultad y genera un gran escepticismo respecto del proceso electoral.  Esta enorme dispersión de partidos y candidatos muestra que, más que diferencias programáticas o ideológicas, esta multiplicidad refleja la existencia de caudillismos y defensa de pequeñas parcelas de poder, lo cual sin duda dificulta la consecución de estabilidad política e institucional.

A todas estas dificultades debemos agregar que, si bien Haití, gracias a la explotación de tabaco, azúcar y café, fue la colonia más rica en tiempos del colonialismo español y francés, y gracias a patriotas como los generales Toussaint  L´Ouverture (conocido como el Napoleón Negro), Christofhe y Dessalines, fue el primer país latinoamericano en obtener su independencia en 1804. Hoy Haití, con un ingreso per cápita de U$ 844, es el país más pobre del continente y uno de los más vulnerables del mundo.

¿Por qué fuimos a Haití?

Es en este contexto, agravado por las secuelas del Huracán Thomas y una reciente epidemia de cólera que contagio a 250 mil personas, que en Haití algunos sospechan fue traída por el contingente nepalés de la Minustah, durante la última semana de mayo, junto al ex Presidente de Colombia, Andrés Pastrana, visitamos la capital Puerto Príncipe, presidiendo una misión del Club de Madrid.  Durante nuestra visita nos reunimos con el Presidente Michel Martelly, los ex Presidentes Jean Bertrand Aristide y Rene Preval, la Comisión Electoral Provisoria, el batallón de helicópteros de la Fuerza Chilena y autoridades de la Minustah.

Adicionalmente participamos en un seminario sobre la importancia de los contenidos programáticos y las comunicaciones políticas en la campaña electoral que se avecina, organizado por el Club de Madrid y el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA). El objetivo de dicho encuentro, en que participaron decenas de partidos políticos y cientos de candidatos, fue compartir nuestras experiencias en procesos electorales, con especial énfasis en los contenidos programáticos y el lenguaje comunicacional, y contribuir al éxito del desafío electoral que deberá enfrentar Haití.

¿Qué vimos en Haití?

Sin duda un país con una gran debilidad institucional, que todavía sufre los efectos del devastador terremoto del año 2010 y  las consecuencias de una pobreza que afecta a la inmensa mayoría de su población.  Pero también un pueblo joven  de 10 millones de haitianos, en que más de la mitad tiene menos de 20 años,  con una  vigorosa historia y cultura propia -el arte naive es reconocido mundialmente- y que quiere cambiar la historia y ha puesto sus esperanzas en las nuevas autoridades, que deberán elegir durante el segundo semestre de este año,  para reencontrarse con los tiempos mejores que conocieron en el pasado y construir un camino hacia una sociedad más libre, democrática y próspera.

 

 

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